La fundición de aluminio ofrece varias ventajas sobre otros procesos de formación de metales que podrían convertirlo en la opción adecuada para crear sus piezas de aluminio.

Las aleaciones de aluminio son livianas y poseen una alta estabilidad dimensional para paredes delgadas y geometrías de piezas complejas. El aluminio resiste una buena resistencia a la corrosión y propiedades mecánicas, así como una alta conductividad térmica y eléctrica, lo que lo convierte en una buena aleación para la fundición a presión. Los metales de aluminio de baja densidad son esenciales para la industria de la fundición a presión. El proceso de fundición a presión de aluminio conserva una resistencia duradera a temperaturas muy altas, lo que requiere el uso de máquinas de cámara fría. El metal fundido todavía está contenido en un recipiente abierto que se coloca en un horno, donde se funde a la temperatura necesaria. El crisol de retención abierto se mantiene separado de la máquina de fundición a presión y el metal fundido se extrae del crisol para cada colada porque estas altas temperaturas dañarían el sistema de bombeo normal. típicamente _ Una de las cosas más importantes es la capacidad de producir formas muy complejas que ni la extrusión ni el mecanizado pueden crear de manera efectiva. Un ejemplo perfecto de esto es la producción de piezas automotrices complejas, como transmisiones y bloques de motor. Otros procesos no pueden lograr de manera consistente la complejidad y las estrictas tolerancias requeridas para estos productos.

Algunas otras ventajas incluyen la capacidad de tener superficies texturizadas o lisas y la capacidad de acomodar piezas grandes y pequeñas.